Der Wanderer über dem Nebelmeer
Desde el mas profundo recuerdo encarnado en el Alma del Otoño, vuelan suaves, pausadas y como estáticas, las ojas secas de lo que fue una vez verano, invierno y finalmente primavera. El tiempo que no fue tiempo, sino memoria del frío abrazo de la locura.
Los duendes con su música de Obertura y las ninfas bailando un Vallet en nombre del casorio de Cristo con el Buddha.
El silencio que se avecina a capa y espada, negro y opaco. La sangre recorre las manos que alguna vez fueron arquitectas y ahora su tinta, espesa.
Una moneda herrumbrada, sin valor, sin oro ni plata, ni siquiera cobre o bronce. De un metal ordinario. Que no alcanso a sujetar para tirarla. Una moneda tallada con las caidas, el silencio y las lágrimas.
La soledad que me cuenta un cuento, uno de fantasmas, sin oxígeno, vomitando la especulación de la derrota y la victoria. No se como termina, no se como comenzó y ya no me importa.
Hablo por los que caminan sus pasos hacia lo que vendrá. Simplemente camino hacia el principio y por lo que fue y será.
Soy un Romántico en un mundo sin Romance.
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